Está mal y ya es hora de que conservadores y libertarios lleven la lucha a las universidades.
Las universidades han sido tomadas por izquierdistas posmodernos. Lo principal de estas personas es que rechazan el debate en un nivel fundamental.
Estos son sus profesores de humanidades y facultades en disciplinas activistas como los “estudios” de mujeres. Radicalizan a los estudiantes, se aprovechan de los crédulos estudiantes de primer año y arman su empatía para impedir que las personas compartan puntos de vista opuestos.
Ya sea que se trate de un profesor izquierdista radical que está agrediendo a un estudiante pro vida o un grupo de nazis de justicia social que recurren a la matanza, o administradores de izquierda de la universidad que usan un lenguaje burocrático para bloquear el discurso que no les gusta, esto tiene que llegar a su fin.
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La lucha debe ser llevada a ellos. Para empezar, las leyes de libertad de expresión tienen que ser aprobadas a nivel estatal, de modo que a las universidades se les prohíbe desinvitar a los oradores y cobrar a los organizadores “tarifas exorbitantes” (es decir, dinero de extorsión). En segundo lugar, los estudiantes y la facultad que gritan a los oradores (veto hecklers) deben ser castigados con multas / suspensión o expulsión.
Y a nivel federal, a las universidades se les debe negar la financiación federal, para dejar muy claro que la izquierda pensó que la policía solo conduciría a la bancarrota.
La primera enmienda en los Estados Unidos es canónica, y debe emplearse un enfoque de mano dura para combatir la ilegalidad abyecta.