Definir a las “corporaciones” como personas ha sido una de las peores decisiones de la Corte Suprema en muchos años. Las corporaciones, por definición, se crean como organizaciones de responsabilidad limitada. Las personas NO están limitadas en dicha responsabilidad. Si las corporaciones son personas, entonces todo el concepto de responsabilidad limitada debe ser arrojado por la ventana. Entonces, si las corporaciones quieren gastar dinero y llamarlo “discurso”, entonces dicho discurso DEBE identificarse como la entidad corporativa involucrada. Y no solo la compañía fantasma, sino de dónde vino el dinero.
Todo “dinero” como discurso debe identificarse en cuanto a su fuente. Si me paro en una caja de jabón para hablar, todos saben quién soy. Pero si “dono” unos pocos millones de dólares a estos “paquetes” de caja negra, nadie podrá saber quién soy de manera razonable.