En mi experiencia, la mayoría de los estudiantes tienen dos problemas básicos: falta de confianza y poco contenido. Puede abordar ambos utilizando dos técnicas simples.
Falta de confianza : para superar la falta de confianza, la forma más simple es pedirles a los estudiantes que hablen sobre un tema y luego dar una crítica positiva. Con demasiada frecuencia, el entrenamiento del orador se enfoca en encontrar errores para corregir. Esto tiene sentido para alguien que ya se siente cómodo hablando y quiere mejorar. Al principio, una crítica negativa solo refuerza el miedo. Concretamente, puede ejecutar la actividad de esta manera: solicite a todos que preparen una breve charla sobre algún tema y la presenten frente al grupo. Antes de comenzar, explique que después de cada presentación le preguntará a la gente qué vieron que fue bueno, no los errores. Como entrenador o entrenador, también observa buenos puntos para que la retroalimentación tenga un buen comienzo. No tengas miedo de que no haya nada que alabar. Eso nunca pasa. Siempre hay algo Podría ser el uso de una historia, la velocidad, una sonrisa o cualquier cosa. Esta retroalimentación positiva es crítica para los principiantes que solo necesitan acostumbrarse a la idea de que pueden hablar. Ni se te ocurra grabar videos en esta etapa.
Contenido deficiente : la forma más sencilla de abordar el contenido deficiente es dirigirlos hacia algo que sea más fácil de presentar. Dada una opción completamente libre, muchas personas elegirán un tema abierto o uno que realmente no les importa. En su lugar, intente asignarle temas que sean buenos temas de discurso y que puedan resonar con los estudiantes. Un punto muy importante para recordar es que un discurso es mucho mejor si tiene un punto. Esto significa que si asigna el tema “Vehículos autónomos”, dificultará la vida de la mayoría de los oradores. Elija en su lugar un tema que sea en sí mismo un mensaje completo y el trabajo del orador se vuelve mucho más fácil. Entonces, “¿Por qué debería abolirse el cambio suelto?” Es un tema mucho mejor que “Cambio suelto”. Un buen contenido también refuerza la confianza, por lo que elegir buenos temas también ayuda en ese lado.
Al principio comienza con discursos muy cortos. Es mucho más efectivo practicar tres discursos cortos que uno largo. Idealmente, cada persona debería tener la oportunidad de crear y presentar muchas veces sobre diferentes temas. Esto ayuda a aumentar la confianza y, gracias a los comentarios repetidos, a desarrollar la técnica. Solo una vez que las personas comienzan a tener confianza en los oradores, debe comenzar a corregir los errores.
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