Como un canal para desahogar sus frustraciones persistentes, el descontento en la vida y las personas, y una forma de hacer alarde de sus quejas, acusaciones, celos, pensamientos y sentimientos cargados negativamente. Principalmente contra el país, los políticos, ciertos ciudadanos como los que están en el centro de atención, que según estas personas, no parecen hacer nada bien, pero que ellos mismos votaron por el poder.
Desde la Revolución de los Claveles de 1974 en Portugal, estos quejumbrosos crónicos y los quejicadores “nauseabundos” han abusado de esta libertad con rudeza y beligerancia, como nunca antes había visto. La mayoría cree que su comportamiento, incluidas las decepciones y los insultos irrespetuosos que aparecen en los comentarios de los medios de comunicación, son libertades dadas por Dios, y no puedo entender cómo el mundo tolera a estos mocosos, pero me gustaría pensar que son solo una minoría. ¡No al 90%, pero es un número lo suficientemente bueno como para garantizar un buen tutor sobre habilidades sociales y modales!