¿Se está muriendo la libertad de expresión en Alemania?

Respuesta corta: no.

Respuesta más larga: el Netzwerkdurchsetzungsgesetz (nunca es un bocado) al que te refieres está muy mal pensado. Es un intento de parecer proactivo por un ministro de justicia que hasta ahora no ha logrado mucho. Sobrepasa sus objetivos iniciales en varios lugares y tiene poca consideración por las consecuencias a largo plazo.

Sin embargo, no es parte de un esfuerzo o desarrollo concertado para frenar la libertad de expresión. Es más un gesto de impotencia ante tensiones latentes que hasta ahora nadie ha encontrado realmente una medida significativa en contra. Bueno, y un poco de intento de construcción de legado por parte de un ministro de justicia que puede estar saliendo. Se aplica el viejo adagio: no atribuir a la malicia que puede explicarse razonablemente por incompetencia.

Y quizás lo más importante, no es muy probable que entre en vigor, ya sea en su forma actual o en absoluto. Hasta ahora solo ha sido aprobado por el Bundestag, la cámara baja. Todavía tiene que pasar por el Bundesrat, que ya ha anunciado que realizarán una serie de cambios. Y finalmente estará sujeto a revisión por parte de nuestro tribunal constitucional, que siempre ha sido muy vigilante y no se opuso en absoluto a abatir leyes de este tipo si encuentran una causa suficiente.

No veo porque. La legislación permite al estado alemán multar a las corporaciones mediáticas con más de 2 millones de usuarios, si no eliminan el discurso de odio y las noticias falsas. En todo caso, diría que mejora la calidad del discurso político y disminuye la contribución de las redes sociales al analfabetismo político.

Si considera que la prohibición del discurso de odio es una violación de la libertad de expresión, entonces seguro. Pero entonces no estaría muriendo. Ya estaría muerto, ya que esta legislación simplemente apoya la política alemana ya establecida de restringir el discurso de odio. El gobierno alemán no reconoce su derecho a calumniar a otras personas ni a difundir mentiras sobre ellas.

No.

El discurso de odio y la incitación no son explícitamente parte del derecho a la libertad de expresión. Alemania y otros países europeos siempre tuvieron esa regla.

Extender eso a las redes sociales es una consecuencia lógica considerando cuánto tiempo se gasta (desperdicia) allí y cuán vulnerable hace a la población a las influencias extranjeras.

Las noticias falsas y otra desinformación serán las siguientes en la lista, aunque es un tema complejo de abordar.