Estaba parado en una esquina de la calle en Nueva York cuando un chico se me acerca y comienza a hablarme sobre la vida. Después de cinco minutos, me pregunta dónde me quedo y me ofrece una habitación para vivir. ¡Después de otros cinco minutos me pregunta qué hago y me ofrece trabajo!
Cuando me pregunta si tengo novia, sonrío y digo que me tengo que ir 🙂
La madre de un amigo chino mío me da una larga charla sobre por qué debería abrir una tienda de dólar, es un gran negocio. Su lógica parecía ser que todos quieren cosas que cuestan un dólar.
Cuando estaba en India, conocí a un chico encantador que me contó cómo un tigre puede saltar 12 pies en el aire. ¡Y cuando come un ciervo, deja solo 200 g de caca! Me dio muchos consejos sobre la vida.
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Mira. Escuchamos este cliché de que cuando una mujer tiene problemas, quiere compartir esos problemas con sus amigos y amantes. Se nos dice que cuando un hombre escucha estos problemas solo puede pensar en soluciones.
Esta es una interpretación errónea de la situación.
La única conclusión es que a TODOS, hombres, mujeres, indios, argentinos, canadienses, a todos, les gusta hablar y quieren ser escuchados.
Ciertamente apreciamos a los oyentes, porque son especiales. Pero no hay necesidad de distinguir a todos los indios como tu amigo, ¡porque todos somos como tu amigo!