Su mente tiene una poderosa capacidad para formar frases coherentes, si solo le da un poco de tiempo y lo alimenta. Con demasiada frecuencia, nos congelamos cuando llega el momento de hablar porque no podemos imaginar una manera de representar lo que tenemos en mente en ese momento exacto, principalmente porque, por más claro que parezca en su cabeza, no está organizado.
La mejor técnica que conozco es tan simple que pensarás que es ridícula. Comience con una introducción. Repite o reformula la pregunta o el tema, o comienza a explorar la idea: construye una imagen mental. Te estás dirigiendo a personas que no tienen idea de tu claridad y pensamientos internos, así que tráelos y, al hacerlo, también atraerás tu propio cerebro.
En Toastmasters, practicamos constantemente hablar improvisado, que es exactamente esa receta: repetir / reformular / aclarar, presentar, explorar, luego el punto principal de su argumento tomará forma en sus labios. Muchas veces, no tengo idea de cuál es mi punto principal hasta que hago todo eso y descubro, casi al mismo tiempo que cualquiera que escucha, cuál es mi opinión real sobre un tema.
Dale tiempo a tu cerebro para explorar y dar forma a tu idea con mayor claridad, hará milagros. Incluso agregue pausas mientras habla, deje que sus ideas se hundan. ¡Simplemente funciona!
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