Si por ofensivo te refieres a blasfemias, ofendes sensibilidades comunes, insultas creencias políticas apreciadas, blasfemias y otros ejemplos de ir más allá de la palidez mientras ejerces la libertad de expresión, y si te lo permites no te castigarás con el Estado, entonces seguro. Si por ofensivo te refieres a articular razonablemente puntos de vista conservadores políticamente incorrectos y si lo permites, te refieres a darles a los oradores un lugar pacífico sin interrupciones y sin censura en los campus académicos, entonces definitivamente sí. Pero eso no está sucediendo.
Pero si por ofensivo te refieres a gritar, “¡Fuego!” en un teatro abarrotado, entonces no, otorgue al Estado el poder de castigar a los delincuentes. Y si por permitido te refieres a tolerarlo sin consecuencias, entonces no. Las ideas tienen consecuencias. Los oyentes tienen el derecho de criticar y rechazar a los delincuentes.