Hable en oraciones cortas y claras que transmitan su mensaje directamente, sin lenguaje excesivamente emocional.
Tenga a mano estadísticas y otros hechos concretos que respalden su argumento. Nunca diga nada que no pueda respaldar con evidencia si el periodista hace una pregunta de seguimiento. Si el periodista le hace una pregunta que no puede responder, no especule ni busque por ahí. Dígale que no está seguro, pero que luego se pondrá en contacto con la respuesta correcta, y luego hágalo lo más rápido posible.
Venga preparado con anécdotas que respalden su punto clave. Si el periodista representa una audiencia particular (una región, género, grupo étnico o grupo de edad en particular), elija anécdotas que resuenen con ese grupo. Evite el humor a menos que tenga clasificación G y garantice que no sea ofensivo para nadie.
Tenga en cuenta que todo lo que diga en una entrevista con alguien que se haya identificado como reportero puede citarse públicamente. Algunas fuentes tienen acuerdos “extraoficiales” con reporteros que conocen personalmente, pero no debe suponer que puede confiar en un reportero que acaba de conocer para preservar su anonimato.