A un nivel muy alto, las organizaciones consideran estos dos factores antes de implementar nuevas aplicaciones:
- Compatibilidad La integración de una nueva pieza de software en un paisaje arquitectónico existente debe hacerse con extremo cuidado. Piense en el paisaje arquitectónico actual como un ecosistema. Este ecosistema está construido y monitoreado de cerca dentro de ciertos parámetros de seguridad. La introducción de una nueva variable en el ecosistema podría afectar negativamente al resto del grupo al introducir riesgos de seguridad. ¿Puede el nuevo software jugar bien con las otras aplicaciones? ¿Qué tipo de impacto podemos anticipar? ¿Estamos poniendo en riesgo alguna aplicación de misión crítica?
- Costo Nada en la vida es gratis, especialmente cuando se trata de implementar un nuevo software. Algunos ejemplos:
- El costo de mantenimiento donde el vendedor gana el dinero de los contratos de servicio.
- El precio de los paquetes de servicios o mejoras publican la instalación básica básica “gratuita” inicial.
- El costo también puede incurrir en el lado de la implementación / consultoría para adaptar el software a las necesidades específicas de la empresa.
- ¿Tiene el personal de la compañía los conjuntos de habilidades adecuados para admitir la nueva aplicación? De lo contrario, y la aplicación despega, es posible que la empresa tenga que incurrir en más costos laborales para implementar y respaldar la aplicación.