¿Quiere decir que hay un término para “Cuando una mujer explica con condescendencia algo al hombre, cuando está claro que el hombre está tan familiarizado (o tal vez más familiarizado) con el tema que se está discutiendo que la mujer”?
No hay un término popular para eso, no.
“Mansplaining” es, desafortunadamente, un fenómeno extremadamente común. Veo que mis colegas femeninas tratan casi a diario. De vez en cuando soy culpable de ello, y mi esposa y mis amigas son lo suficientemente honestas como para llamarme la atención.
Muy rara vez me he encontrado en la posición opuesta, ciertamente no lo suficiente como para necesitar un término breve para ello.
- Nunca he tenido un trabajo donde no podía hacer exactamente lo que quería hacer. ¿Cómo sería la vida corporativa?
- ¿No tengo carácter si hablo con muchos hombres solo para obtener amor a cambio?
- Dejo que la gente, que ni siquiera importa, maneje mi vida. Su juicio me afecta. ¿Cómo puedo cambiar eso?
- ¿Soy un perdedor por no ser popular o mundialmente famoso?
- Traté de poner un bolígrafo al revés. ¿Por qué no se escapa la tinta?
Las personas en nuestro país están sutilmente entrenadas desde una edad temprana para que los hombres sean vistos, consciente o inconscientemente, como más competentes, más informados, más “serios” que las mujeres, incluso en circunstancias en las que claramente no es el caso.
Creo que esto es menos cierto de lo que alguna vez fue, pero ciertamente era cierto cuando estaba creciendo. Todavía estoy trabajando para “desaprenderlo”.
EDITAR : según algunas de las otras respuestas aquí y algunos comentarios a mi respuesta, algunas personas, en su mayoría más jóvenes, estaría dispuesto a apostar, parecen tener dificultades para creer que nuestra estructura social podría establecerse para hacer cumplir un desequilibrio de poder. Describir la historia de esta estructura requeriría más tiempo del que tengo, pero presentaré un pequeño y simple ejemplo de mi propia infancia.
A la izquierda está la portada de la edición de 1963 del Mejor libro de palabras de Richard Scarry. A la derecha está la portada de la edición de 1980. Vea si puede detectar las diferencias y piense cómo esas diferencias podrían afectar la forma en que un niño ve a las mujeres y aprende a interactuar con ellas.