Los componentes del carisma incluyen: buena apariencia, estatura personal (lo que se ha logrado), confianza en sí mismo, prueba social (otras personas ya piensan que esta persona es encantadora) y, además, exhibe componentes de ser atractivo.
El compromiso implica la presencia de una conexión, en virtud de exhibir “Intereses”, porque tienen algo que ofrecer que el público quiere. Además, el presentador reconoce la presencia de la audiencia, no por el simple contacto visual, sino por la capacidad de ofrecer una interacción espontánea con la audiencia (por ejemplo, poder interactuar con un heckler, en cambio de ignorarlo y apegarse al guión). El habla comprometida también exhibe un mayor dominio del espacio personal, es decir, tiene la confianza suficiente para caminar más allá del área del hablante. Un orador atractivo nunca habla a una audiencia. Se dirige a la audiencia.