Dile al niño estas palabras:
Piensas en algo, ¡hazlo o olvidas lo que pensaste! ¡No te aferres a él para siempre!
¡Hablar hablar hablar! Hable con tantas personas como pueda, escuche lo que tienen que decir, lo que han pasado en su vida, y luego, ¡Piense en el mundo en muchas otras opiniones y siga la que le interese! Esté abierto a los cambios, porque son buenos. ¡Adaptarse a los cambios y la forma en que ve las cosas, porque hay caminos ocultos en la vida!
¡No te quedes con nada en tu vida! ¡Las fallas deben ocurrir! No repitas las cosas y sigue haciendo lo mismo solo por tu “EGO”. Si lo intentaste bien y no tienes éxito, ¡sigue adelante, la vida no termina ahí!
- ¿La tierra se volverá inhabitable antes de que los humanos se extingan o nos extinguiremos porque la tierra será inhabitable?
- ¿Sería un sueño o una pesadilla un mundo en el que las máquinas ocuparan la mayor parte de la fuerza laboral?
- Si viajara en el tiempo y cambiara el pasado, ¿se reescribirían inmediatamente mis recuerdos de mi propio tiempo?
- Si mi hijo se cayera en un lago helado, ¿cuál sería la mejor / más rápida forma de calentarlo?
- ¿Qué consejo te darías si pudieras retroceder en el tiempo a cuando tenías 17 años?
Escucha a las personas, pero no dejes que influyan en tus sueños. ¡El cambio es bueno, aprende de sus puntos de vista y adapta tu sueño para alcanzar la etapa de “riesgo calculado”! Si terminas con una vida aburrida y miserable porque escuchaste a tu madre, a tu padre, a tu maestro, a tu sacerdote o a un tipo en la televisión diciéndote cómo hacer tu mierda, entonces te lo mereces.
Vive la vida como quieras, como siempre pensaste que sería. Vive, porque quizás no tengas otra oportunidad.
¡Si! ¡La esperanza es lo mejor de todo! Te mantiene en marcha. Le ayuda a definir sus objetivos y luego alcanzarlos también. Si todo lo que puedes tener que nadie más te puede quitar, es tu ESPERANZA.
… no seas prisionero de tu pasado, sino un arquitecto de tu futuro …
Y mi favorito personal:
“ Puedes estar tan enojado como un perro loco por la forma en que fueron las cosas. Podrías jurar, maldecir el destino, pero cuando llega el final, tienes que dejarlo ir “
¡Deja ir las cosas, porque no se suponía que fueran tuyas!