Depende de cuánto dura la presentación. Cuanto más larga sea la presentación, peor será el impacto del ritmo constante. También depende de las otras técnicas utilizadas.
Hay altibajos naturales en el nivel de atención de la audiencia. Es el trabajo del presentador derrotar estas caídas proporcionando variaciones en el estímulo para estimular a los cerebros a prestar atención. Hemos evolucionado para ser sensibles al cambio. Ser sensible al cambio mantiene vivo a un organismo. La monotonía significa relajarse, ahorrar energía, dormir y dejar de escuchar.
Sin embargo, no se trata solo de mantener al público atento. Los ajustes en el ritmo también ayudan a enfatizar los puntos clave.
Hay otras formas de introducir la variación necesaria que no cambia directamente el ritmo. El presentador puede ajustar su voz y puede introducir la interacción. Idealmente, debería ser una mezcla de los tres.
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