Te despiertas en una habitación vacía, completamente estéril con paredes grises, brillantemente iluminada por un conjunto de luces que cuelgan del techo.
Sabes que un destino horrible es inminente, y las imágenes horribles inundan tu cerebro. Piensa en serpientes venenosas, pistoleros armados y cuchillas afiladas. Te estremeces, asustada por la fatalidad inminente.
De repente escuchas un zumbido metálico, que se repite una y otra vez. Ya estás rogando por misericordia antes de que llegue una voz, sin emociones y monótona, las palabras entregadas realmente angustiantes.
La voz continúa, despotricando sin parar, y te acurrucas en una bola en el suelo, gritando: “¡Haz que pare, haz que pare!” Como respuesta, la cacofonía solo se hace más fuerte, lo que demuestra que no se mostrará piedad.
- ¿Habrá un apocalipsis zombie real? ¿Cuando?
- Si la Flota Estelar y los Romulanos fueron los últimos en enfrentar a los Borg, ¿cómo se desarrollarían las cosas?
- ¿Cómo sería el saludo de Donald Trump a los extraterrestres?
- Si golpeo un camión en movimiento con una rampa conectada que va a 50 mph, yo a 100 mph, ¿saldría de la rampa a 150 mph?
- ¿Qué pasaría si Terranova hubiera votado a favor de una independencia renovada?
Tu visión comienza a oscurecerse, la locura te abruma. Las últimas palabras que escuches te perseguirán para siempre.
“Es viernes, viernes, tengo que bajar el viernes …”