Mis discursos provienen de mi Lección de vida. Estoy pensando todo el tiempo en temas para buenos discursos. Escríbalos tan pronto como ocurran porque, lo creas o no, los pensamientos pueden desaparecer y nunca volver de la misma manera.
Tengo discursos que he escrito sobre cosas aprendidas en el trabajo, áreas de especialización, relaciones interpersonales, temas de interés, experiencias inusuales y consejos de vida. Sin embargo, ¡un discurso no tiene que ser sobre ti! Puedes hablar sobre empleadores, parientes, amigos, niños o incluso mascotas.
Escriba tantos pensamientos como pueda mientras trabaja en una idea. Organice esos pensamientos en tres puntos principales y una conclusión. Escriba la introducción al final cuando haya anclado realmente lo que va a decir.
Simplemente comience a pensar en lo que ha hecho, aprendido y sabe. Comience a hacer una lista. Elija los que le parezcan más interesantes en los que tenga mucho que decir. ¡Cada discurso tiene que ser algo que pueda inyectarle energía! ¡Siempre se trata de valor para la audiencia!
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