Nos hemos vuelto inherentemente perezosos y estúpidos.
Para la mayoría de las preguntas, la respuesta está disponible … aún así preferimos preguntar … muestra nuestra pereza.
Debemos pensar y obtener nuestras respuestas a nuestros problemas. Pero somos tan estúpidos que estamos felices si otros nos lo dan. Esto es seudoaprendizaje. Estamos contentos con el pseudoaprendizaje, donde el aprendizaje real no tiene lugar.
Como mencionó el tema de las preguntas, también mencionaré las respuestas. Cuando respondemos, nos sentimos muy bien. Pero, de nuevo, esto es seudograndeza. Ni siquiera vemos si alguien más ha respondido de la manera en que queremos que se responda la pregunta. Repetimos, reiteramos, reiteramos lo que se ha dicho antes, hasta la saciedad.
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