Esto no interesaría a ninguno de los dos, ya que Rusia depende de China para las discusiones fronterizas y las ventas de productos básicos e industriales.
Estados Unidos también depende de China por las mismas razones, además de la fabricación de productos de empresas estadounidenses.
Sin embargo, tal esfuerzo podría tomarse como un verdadero medio político para fortalecer a Rusia en todo el mundo y darle a Estados Unidos influencia sobre China en las discusiones sobre manipulación de divisas.
Primero quiero abordar lo que se entiende por “desestabilizar”. Supongo que significa causar dudas y paranoia entre el gobierno y los mercados para debilitar su poder. Esta forma de realpolitik es peligrosa, ya que puede terminar con consecuencias no deseadas, como el colapso del gobierno o, por otro lado, puede causar un cambio de actitud hostil.
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Los resultados son demasiado complicados de predecir, pero podemos saber que causará una severa tensión económica en el mundo y todos los bienes de consumo verán posibles aumentos de precios si China comenzara a perder estabilidad. China representa una gran parte de la extracción de metales de tierras raras para bienes industriales y de consumo, como computadoras, iPhones, equipos de grado médico, diodos y transistores, etc.
Si China se enterara, podría volverse extremadamente hostil. Las consecuencias de eso serían una guerra comercial, que les costará a los estadounidenses cientos de miles de empleos y posiblemente podría llevar a la quiebra a las empresas tecnológicas o poner una tensión financiera severa a medida que trasladan su fabricación a otro lugar. Las guerras comerciales también pueden conducir a guerras reales y, como lo es Estados Unidos, China tiene más de mil millones de personas.
Desestabilizar a China es una idea terrible que en realidad NO beneficia a NADIE. La mejor opción sería superarlo y, en el espíritu de la competencia, puede obtener influencia.