Para que ese sea el caso, la luna necesitaría orbitar a la velocidad de rotación de la Tierra, colocándola mucho más cerca de la Tierra; o la Tierra necesita reducir la velocidad para coincidir con la órbita de la luna; o un compromiso entre los dos.
En cada caso, los efectos físicos serían notables. Una luna en órbita geosíncrona tendría un tamaño aparente masivo y una presencia gravitacional significativa, o una Tierra con un día de 672 horas tendría un efecto desastroso.
- Escenario uno, la órbita de la luna coincide con la rotación de la Tierra. Para igualar la rotación de la Tierra, la luna debe orbitar más rápido. Una órbita rápida significa una velocidad angular rápida. El cumplimiento de las leyes de la mecánica orbital requiere que una velocidad angular rápida coloque al planeta mucho más cerca de la Tierra. Todo dicho, eso no es lo peor que podría pasar. Las culturas del lado de la luna tendrían luz por la noche. Las culturas sin luna tendrían una excelente observación de estrellas. Aún así, la vida no sería tan mala como el Escenario Dos. Se producirían cambios generales (ver otra sección).
- Escenario dos, en el que la Tierra se ralentiza para coincidir con el ciclo lunar de 28 días. Este es el escenario más desastroso. Un solo día sería 672 horas. Suficiente para asar toda la vegetación que mira hacia el sol, congelar toda la vegetación que se aleja del sol e interrumpir severamente las cadenas de organismos que giran alrededor de esos organismos. El terminador (región donde la luz se encuentra con la oscuridad) estaría sujeto a tormentas severas, huracanes y clima loco debido a la inmensa diferencia de presión entre la noche y el día. Las únicas regiones habitables pueden estar cerca de cada polo, y la región exacta cambiaría a medida que las estaciones de la Tierra arrastraran a cada región a climas inhóspitos. Piensa 90% + extinción. Una cultura extremadamente adaptable podría desarrollar un medio para motivar a su agricultura y comunidad a estar constantemente cerca del terminador, manteniendo un equilibrio incluso en los trópicos más severos.
- Cambios generales Las mareas lunares oceánicas serían arrojadas, tal vez eliminadas por completo. Tendríamos las mareas solares más pequeñas. El comportamiento animal se vería obligado a adaptarse. No tengo idea de cuál sería el resultado, pero la navegación aviar y los patrones migratorios cambiarían. El turismo crecería, ya que las personas desean experimentar un fenómeno radicalmente diferente al que están acostumbrados en su región de origen.