Primero apagado: aborde el comportamiento directamente con sus compañeros. Hágales saber el comportamiento específico, el impacto que está teniendo en usted y qué quiere específicamente que hagan al respecto. Hágales saber que si no puede resolverlo con ellos, entonces deberá tomar medidas adicionales para abordar el problema con el jefe, y preferiría no hacerlo de esa manera. Tómese el tiempo para escuchar a sus compañeros y comprender su punto de vista: puede aprender algo que cambiará su opinión y estrategia.
Segundo apagado: si no pudo resolver esto de igual a igual, documente y resuma su queja. Programe una reunión con su jefe y su compañero y aborde sus problemas punto por punto. Vea si pueden llegar a un conjunto de expectativas mutuamente aceptables. Lo más probable es que sus expectativas no estén exactamente alineadas.
Tercero, si no está satisfecho con el resultado, averigüe cuál es su plan “B”. Puede incluir ir a RRHH o dejar la empresa para encontrar una mejor situación laboral.
Piense detenidamente en sus opciones: la confrontación de esta naturaleza puede tomar giros y vueltas que, si no está preparado, lo desviarán del camino. Si se prepara adecuadamente y le quita la emoción, solo hablando de comportamientos observables, tiene muchas posibilidades de ser escuchado y de que se realicen algunos cambios.
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Siempre hay riesgos a considerar. Sin conocer los detalles de su situación, es difícil proporcionar una orientación más específica.