Los carpinteros no siempre son agentes inmobiliarios, y viceversa. Construir un edificio y encontrar un comprador son dos habilidades separadas, o talentos si lo prefiere. Un drywaller no siempre es la mejor persona para preguntar sobre escuelas locales, tasas de impuestos o paisajismo. Claro, los constructores que confían en el valor que producen podrían establecer una compañía subsidiaria para supervisar las rentas, el mantenimiento, etc., pero el mercado se ocuparía de eso: las personas que desean comprar en lugar de alquilar competirían por un suministro menor de viviendas particulares, lo que hace que las viviendas privadas sean más rentables hasta que el mercado alcance un nuevo equilibrio.
También podría esperar cambios políticos locales si surgieran desequilibrios aquí y allá. Después de los abogados, los políticos profesionales suelen ser desarrolladores y especialistas en bienes raíces. Esta es una de las principales razones por las que ser dueño de su propia casa ha recibido tanta “atención” en la sociedad estadounidense.