Este tipo de pregunta tiene una imposibilidad incorporada en la pregunta misma, para hacer que la pregunta en sí sea inútil, no tiene sentido. Por ejemplo, podrías preguntar por qué cien no es igual a cero. ¿Puede un Todopoderoso hacer cien igual a cero? ¿Puedes hacer que un número positivo sea igual a un número negativo sin cambiar nada? Puede divertirse jugando con esas palabras, frases o definiciones sin obtener ninguna información positiva sobre nada, excepto las definiciones o palabras en sí mismas.
La definición misma del Dios Todopoderoso implica indestructibilidad, alguien que creó todo pero no fue creado, el que estuvo allí antes de todo y que estará allí después de todo. Preguntar si puede destruirse a sí mismo es como preguntar si no puede ser él mismo, es decir, el Dios.
La contradicción de los términos de ser Todopoderoso y no poder suicidarse se debe a la limitación del lenguaje humano y la incapacidad de comprender la esencia del Creador (porque solo podemos entender lo que está dentro de los límites de la comprensión humana), no una limitación del Ser Supremo.
Si pensamos que puedes limitar al Ser Supremo con nuestra imaginación limitada, entonces deberíamos poder crear un Dios del que podamos reír y bromear. En realidad, cuando encontramos límites o contradicciones en la idea de un Dios Supremo, reflejamos nuestras propias limitaciones.
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