Depende del país y de su interés mantener edificios históricos.
Cuando Francia declaró que las religiones estaban prohibidas, el gobierno decidió rendir culto a las virtudes en la iglesia de Notre Dame y en otros lugares de París. Conocen la importancia de mantener el edificio y su uso para acciones políticas que atraerían a más personas a comprender la importancia del ateísmo.
En Japón, la mayoría de la gente no tiene una religión específica, pero esto no significa que los templos utilizados para el sintoísmo y el budismo se desperdicien mientras funcionen como lugares turísticos para visitar, edificios históricos y santuarios.
En el caso de México, si todas las religiones se disolvieran, la gente sabrá que se conservarán varios templos católicos para permitir a los turistas visitar y disfrutar del arte en su interior, como la gran cantidad de templos que se encuentran en Puebla, las catedrales de ambos Guadalajara y Ciudad de México o la Basílica.
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Prohibir las religiones no significaría que debas destruir los edificios, probablemente destruirlos eliminará mucha identidad de la ciudad que posee esos lugares.