La lección más importante que he aprendido de mi primer discurso público es esta: imaginar cada cuerpo en ropa interior no hace absolutamente nada para ayudar a calmar los nervios antes de un discurso, solo empeora las cosas. ¡Gracias mamá!
Con toda seriedad, lo más importante que he aprendido es proyectar confianza. Puede ser la persona más nerviosa de un planeta justo antes de hablar (los nervios pueden ser algo bueno), pero aún puede proyectar confianza si hace algunas cosas clave:
Preparar. Preparar. Preparar.
En realidad conoce tu tema.
Preparar. Preparar. Preparar.
Determine su estilo de hablar: ¿Le gusta usar notas? ¿O prefieres hablar ‘fuera de la cúspide’? juega con tus fortalezas aquí y no fuerces cierto estilo porque “se supone que debes hacerlo”.
¡Que sea breve! No hagas que tu discurso dure mucho, aburrirás a todos hasta las lágrimas.
Disminuya la velocidad, no se quedará sin la ciudad si hace una pausa o toma una botella de agua.
Concéntrese en una persona a la vez. Esta es una técnica sorprendentemente simple pero realmente poderosa.
Tome las lecciones que aprende de su primer discurso y úselas para hablar mejor la próxima vez.
- ¿Por qué no puedo entender el habla bajo un leve ruido de fondo?
- Cómo dejar de hablar con voz monótona
- ¿Qué se siente ser incapaz de hablar?
- ¿Existe una terapia del habla u otra solución para las personas que hablan demasiado rápido o tienen el habla abarrotada?
- ¿Cuál es el mejor discurso de Christopher Hitchens o cuál es tu favorito?