Manejar la ira de los niños puede ser difícil y frustrante para los adultos. Como padres y maestros, debemos recordarnos a nosotros mismos que no siempre nos enseñaron cómo lidiar con la ira en nuestra propia infancia. Nos hicieron creer que estar enojado era ser malo y luego sentirnos culpables por expresar nuestros sentimientos. Nuestro objetivo no es destruir los sentimientos de los niños, sino ayudarlos a comprender sus sentimientos y dirigirlos. La ira puede ser una forma defensiva de evitar sentimientos negativos. A menudo se relaciona con situaciones sobre las cuales el niño no tiene control, como la incapacidad para resolver un problema.
Durante la infancia, la ira y la tristeza están estrechamente relacionadas. Gran parte de lo que un adulto experimenta como tristeza es expresado por un niño como enojo. Al tratar con niños enojados, nuestras acciones no deberían estar motivadas por un deseo de castigar. El niño debe comprender que sus sentimientos son aceptados al sugerir otras formas de expresarlos. Reforzar el buen comportamiento con declaraciones alentadoras. Ignore el comportamiento inapropiado que se puede tolerar, el niño aún debe comprender que el comportamiento es inapropiado. Aliente a los niños a ver su fortaleza y sus debilidades y, lo que es más importante, a aceptarlas. Ayúdelos a construir una imagen positiva de sí mismos. Establezca límites y use recompensas y promesas.