1 Obsérvate a ti mismo: toma nota de las circunstancias en que lo que dices no es lo que, después de reflexionar, hubieras querido decir. ¿Ocurre principalmente con una persona en particular o un grupo particular de personas o solo grupos en general? ¿Es más frecuente en discusiones o debates? ¿Es cuando estás “en el lugar” y presionado para proporcionar información? Intenta encontrar un patrón. Puede ser útil comenzar un diario de eventos para poder compararlos cuando lo desee.
2 Reconozca su situación: después de determinar qué circunstancias podrían ser más propensas a producir este efecto no deseado, trate de ser muy observador sobre cuándo esas condiciones parecen manifestarse. Cuanto más habilidoso seas para reconocer esto, mejor serás para cambiar tu enfoque.
3 Observa la conversación. Ahora que sabe que se encuentra en una de “esas” situaciones, el objetivo es que procese la información. A menudo, cuando respondemos de una manera menos que apropiada, es porque no entendimos completamente lo que se decía. Este es el momento de sentarse y escuchar lo que sucede a su alrededor. No empieces a concentrarte en lo que vas a decir; solo absorbe. Su mente procesará esta información en segundo plano.
4 Observar a las personas: ¿quién habla y cómo se comunican? Algunas personas son muy literales y otras usan ejemplos. Algunas personas usan mucha expresión facial y lenguaje corporal para aumentar su conversación, mientras que otras confían en un lenguaje complejo. La forma en que las personas transmiten información es un muy buen indicador de cómo absorben mejor la información.
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5 Formule respuestas: no solo una, sino que considere sus opciones. Hay muchas formas diferentes de decir cosas. y su objetivo aquí es encontrar la mejor manera de transmitir lo que quiere decir de una manera que tenga un impacto positivo. La comunicación es principalmente una función del destinatario, por lo que debe comunicarse en función del oyente.
6 Considere la información: ¿Es lo que quiere decir efectivo, necesario, preciso, oportuno y apropiado (ENATA)? Si solo responde porque otras personas están hablando, entonces es posible que su comunicación no se ajuste al modelo ENATA. Si no es así, siéntate y sigue escuchando. Desea que lo que diga tenga impacto, no solo hacer ruido.
7 Calcule la reacción: ¿la información que presentará está formulada de manera que tenga un impacto positivo? Crear una atmósfera negativa garantizará el fracaso en las comunicaciones. Desea que la gente entienda que está contribuyendo en lugar de restar valor. Solo se necesita una vez para arruinar su capacidad de comunicarse durante ese tiempo. Identifique cómo reaccionarán los oyentes.
8 Sea considerado con su tono: cómo lo dice, en muchos sentidos, es tan importante como lo que dice. El tono de voz puede transmitir entusiasmo y sinceridad, o puede rechazar y mostrar sarcasmo, y como la mayoría de la gente ha experimentado, lo que decimos puede tomarse de manera incorrecta. La razón más probable es que el tono de voz, lo que se dijo, el lenguaje corporal y facial, así como el contenido, no se combinaron cuidadosamente para integrarse con el método de comunicación más efectivo del oyente.
9 Comuníquese: ahora sabe lo que dirá, por qué es ENATA, cómo lo dirá y la reacción más probable. Espere un descanso apropiado en la conversación y hable. Por lo general, es mejor no interrumpir, aunque hay ocasiones en que eso funcionará mejor. Cuándo interrumpir está más allá del alcance de este documento.
10 Obsérvate de nuevo: mientras hablas, considera lo que estás diciendo y vigila de cerca las reacciones a medida que surjan. Después de que termine la conversación, revise todo el proceso nuevamente en su mente y observe lo que podría haber hecho de manera diferente y por qué. Este es un proceso en marcha. Con el tiempo, perfeccionará y mejorará: se convertirá en un mejor comunicador y las personas aceptarán sus respuestas con una mente más abierta.