Estaba sentado en la clase de biología. La maestra estaba explicando algo delicado. Escribió anotaciones ‘B’ para niños y ‘G’ para niñas. El chico sentado cerca de mí no entendió eso y me preguntó qué significaban B y G. Le dije que B significaba Chico y G significaba Chicas. Shifu lo escuchó y dijo en voz alta en un tono ridículo: “B significa xyz (yo) y G significa hermana de xyz”. Un silencio terrible cayó en la clase y mis compañeros comenzaron a mirarme lastimosamente. De su expresión deduje que me estaban asando sin culpa mía. Me puse de pie y dije en voz más alta:
“No señor, B representa Manoj (su nombre) y G representa a la esposa de Manoj”.
La sangre se escurrió de su rostro y palideció. Un silencioso murmullo de aprobación surgió de mis compañeros de clase. Sentí una frenética adrenalina correr por mis venas y mis pies comenzaron a temblar, pero me mantuve firme y seguí mirándolo a los ojos. Se paró como una estatua durante unos 20 segundos y continuó con el tema. No hace falta decir que nunca volvió a meterse conmigo.
Entonces sí, está bien responderle a tu maestro si sabes que Él no tiene razón ni está justificado en sus obras / enseñanzas. Los maestros no son santos. Son humanos y también se equivocan. Podría ser bueno señalarlo de vez en cuando.
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