¿Cómo puede un individuo desarrollar una excelente capacidad de escucha?

Para mí, estas son las características de un oyente activo, que puedes emular:

  • capacidad de escuchar más, hablar menos;
  • tener empatía
  • voluntad de buscar primero entender, luego ser entendido, como lo expresó el estratega de productividad Stephen R. Covey;
  • disponibilidad para ponerse en el lugar de otras personas;
  • fortaleza en la construcción, mantenimiento y mantenimiento de relaciones interpersonales;
  • a menudo en sintonía con lo que no se dice en una conversación o diálogo;
  • capacidad de demostrar más sensibilidad emocional a las personas que te rodean, especialmente durante una conversación o diálogo;
  • propensión natural a mostrarle a la gente que realmente te importa;
  • un verdadero practicante en el arte casi olvidado de la conversación;
  • material del líder, al menos desde el punto de vista del liderazgo personal;

Mientras tanto, me gusta aprovechar esta buena oportunidad para adjuntar aquí el carácter chino de “Listen”, ya que ofrece pistas más perspicaces sobre la escucha.

¿Cómo aprendiste a ser un buen orador? Probablemente practicaste mucho. Para convertirse en un buen oyente, haga lo mismo: practique callando y escuchando.

Trate de comprender realmente no solo lo que dicen los demás, sino también lo que quieren decir, cuáles son sus motivos e intenciones, cómo ven el mundo, cómo se expresan, qué tan claro es esto, observan sus expresiones faciales y corporales, etc. Luego aprenda cómo para demostrar la escucha activa.

Una cosa más: mientras escuchas, intenta callar esa voz interior que también ofrece respuestas, tus respuestas y opiniones sobre lo que escuchas. Una de las cosas clave de una buena escucha es asegurarse de no juzgar y reaccionar de inmediato ante lo que escucha. Tómelo y asegúrese de comprender completamente antes de procesarlo más allá de eso. Esta podría ser la parte más difícil.