La respuesta correcta es desafiar la relevancia de vivir una vida moral para todas esas preguntas de “ética del bote salvavidas”: no tienen nada que ver con la vida o con la moral. El interrogador te deja con una ilusión de elección en una situación en la que todos los caminos conducen a la muerte.
La moral es un código de valores para guiar la vida de un individuo. Si el único resultado es la muerte, entonces no hay opción posible. Lo mismo se aplica a todas esas situaciones imaginarias en las que debes destruir tus valores primarios para sostener tu vida: la vida sin valores no es vida en absoluto. Sus acciones en tales situaciones no están guiadas por la moral sino por una reacción aleatoria a las circunstancias y son tan interesantes como ver a alguien tirar un dado 1000 veces.
Cuánto más interesante sería si el interlocutor preguntara cómo sobrevivir a una situación aparentemente imposible. Incluso podría llamarlo una gran literatura.
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