El mercurio se disuelve y se combina con el aluminio y se desmorona por su propio peso, es sorprendente verlo y aterrador pensar en el efecto en un avión.
Una aeronave en la que se ha derramado mercurio debe ponerse en cuarentena hasta que la amalgama dé a conocer su presencia. En última instancia, es probable que el avión sea desechado porque los libros de texto de ingeniería indican que la amalgama se extiende lentamente como la pudrición de la madera a las áreas adyacentes.
El mercurio, junto con muchos otros productos químicos comunes, está clasificado como “mercancías peligrosas” en las reglamentaciones internacionales desarrolladas por la Organización de Aviación Civil Internacional, que forma parte de la ONU.
No está permitido llevar esta sustancia, ni ningún artículo que la contenga, a bordo de una aeronave en equipaje de mano o equipaje facturado. Se hace una excepción para pequeños termómetros clínicos en estuches protectores para uso personal.
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Si los artículos que contienen mercurio necesitan ser transportados, deben ser enviados como carga aérea. Las reglas de la OACI especifican en detalle cómo se debe hacer esto.
No piense que puede permitirse ignorar estas restricciones.
En Gran Bretaña, poner en peligro un avión al embarcar en mercancías peligrosas podría resultar en un cargo y una multa considerable bajo la Ley de Aviación Civil de 1982. En caso de un derrame de mercurio, la aeronave necesitaría ser puesta fuera de servicio.
La aerolínea y su fabricante pueden intentar recuperar los costos de usted o de su empleador.