Si tenían tipos de cambio fijos, por ejemplo, todos estaban en el patrón oro, entonces no habría mucha diferencia. El principal problema sería la moneda falsificada: constantemente se encontrará con monedas desconocidas, lo que hará que sea mucho más difícil detectar falsificaciones. También necesitaría un sistema para asegurarse de que cada ciudad tenga suficiente oro para respaldar su moneda; las mentas de la ciudad necesitarían ser auditadas regularmente.
Si, como las monedas modernas, fueran monedas fiduciarias con tipos de cambio flotantes, tendría problemas mucho mayores. El comercio entre ciudades sería inconveniente y arriesgado. Si solo está respaldado por algo tan pequeño como la economía de una ciudad, no se necesitaría mucho para que una moneda colapsara. En realidad, la moneda de una ciudad grande y rica terminaría convirtiéndose en el estándar que todos usan (al menos para el comercio entre ciudades y probablemente también dentro de la ciudad).