Si compro una comida para un mendigo, ¿solo estoy brindando felicidad momentánea?

Sí, es felicidad momentánea, pero de eso se trata la felicidad.

Nadie puede ser eternamente feliz. Todos tienen sus altibajos en su vida cotidiana.

Diferentes clases de personas viven diferentes tipos de problemas y tienen diferentes formas de ser felices en sus respectivas vidas.

Ahora, nuestra área de discusión es la felicidad y la comida.

Comprar una comida para un mendigo es una muy buena acción, te da la felicidad de poder satisfacer el hambre de una persona al menos al día, si no todos los días.

Recuerdo un punto más importante: la tendencia humana a desear.

Si tuviera que comprarle una comida a un mendigo, le ofrecería una comida saludable que satisfaría su hambre y también alimentaría su cuerpo en los días venideros. Les dará la fuerza y ​​la satisfacción.

El problema con la comida chatarra es que no se llena. Al ser basura, infunde el anhelo de más. Por lo tanto, aunque tiene la intención de hacer feliz a una persona, no nos damos cuenta del lado negativo de que realmente podría estar haciéndoles anhelar más de esa comida sabrosa que podría no obtener lo suficientemente pronto.

No querrá que su oferta termine siendo la ansiedad y la desesperación de la persona por algo más que estar momentáneamente contento y contento con la oferta.

Por lo tanto, elija sabiamente cuando quiera poner una sonrisa en la cara de alguien y ayudarlo, de una manera que beneficie tanto a su cuerpo y alma como a los suyos a cambio.

Una de las palabras más sorprendentes en el idioma inglés es “justo”. Cada vez que esta palabra aparece en sus pensamientos o en su escritura, debe sonar la alarma.
Probemos su Q sin ella: “Si le compro una comida a un mendigo, ¿estoy proporcionando felicidad momentánea?”

Respuesta fácil: sí, lo eres. Bien en ti.
¿Qué pensaste que podrías proporcionarle? ¿Eterna felicidad y salvación?

Lo que has hecho es: te has engañado a ti mismo con esta palabra “justo”. Si quieres dar, hazlo. Hazlo lo más sabiamente posible. Calmar el hambre es una buena manera.
No te “solo” a ti mismo.

No, le dará la sensación de que de 7,2 mil millones de personas en este mundo, hay alguien que se preocupa por él / ella. Si le está dando a alguien su tiempo, dinero o comida, está compartiendo una parte de su vida con él / ella sin esperar nada más que esa ‘felicidad momentánea’. Incluso si no pueden permitirse tales cosas, recordarán ese día, esa sensación de comer ‘algo’ fresco, esa sonrisa en su rostro y en Usted. Puedes comprarles un ‘vadapav’ o una hamburguesa de McD, es tu elección. En ambos sentidos, estás haciendo algo noble. La diferencia es que cuando les compras una hamburguesa, les estás dando algo que no comprarán o que no elegirán comprar. También agregará esa felicidad extra, ya que será algo que solo verán en las imágenes.

Toda felicidad es momentánea. Ve con tu corazón.