La pérdida de sueño es un problema muy frecuente que continúa empeorando en frecuencia a medida que las personas envejecen. Estudios recientes encuentran que al menos el 18 por ciento de los adultos informan que reciben un sueño insuficiente (Liu et al., 2000; Kapur et al., 2002; Strine y Chapman, 2005). Históricamente, ha habido un número limitado de encuestas representativas a nivel nacional que proporcionan datos confiables sobre los patrones de sueño en la población. La Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud (NHIS), realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) (véase el Capítulo 5), incluyó la siguiente pregunta en los ciclos de 1977, 1985 y 1990: En promedio, cuántas horas duerme una noche (período de 24 horas)? La misma pregunta se agregó al cuestionario central de NHIS en 2004. Con base en estos datos, se ha estimado que el porcentaje de hombres y mujeres que duermen menos de 6 horas ha aumentado significativamente en los últimos 20 años (Figura 3-1) ( CDC, 2005). Hace más de 35 años, los adultos informaron que dormían 7.7 horas por noche (Tune, 1968).
Ref: Di buenas noches al insomnio – Kate Nichol – Medium
La obesidad también contribuye a la apnea obstructiva del sueño (AOS). Lo más probable es que esto ocurra a través del depósito de grasa en las vías respiratorias, lo que hace que se estrechen. Este punto se infiere de los estudios que encuentran que el tamaño de cuello grande es un mejor predictor de AOS que el IMC (Katz et al., 1990) y el hallazgo de que la obesidad central (obesidad alrededor de la cintura) es un mejor predictor de AOS que la obesidad total ( Grunstein, 2005b). La relación se ha encontrado en estudios epidemiológicos bien diseñados de niños pequeños (Locard et al., 1992; Sekine et al., 2002; von Kries et al., 2002) y adultos (Vioque et al., 2000; Kripke et al. ., 2002; Gupta et al., 2002; Taheri et al., 2004; Hasler et al., 2004).
La AOS se encuentra en al menos el 4 por ciento de los hombres y el 2 por ciento de las mujeres en la fuerza laboral de mediana edad, según el primer estudio importante de la enfermedad realizado en los Estados Unidos sobre la condición realizada hace unos 15 años (Young et al., 1993). Esas cifras de prevalencia se basan en un índice de corte de apnea-hipopnea de 5 o más, más un requisito de somnolencia diurna. La prevalencia es más alta, el 9 por ciento de las mujeres y el 24 por ciento de los hombres, con el mismo límite de índice de apnea-hipopnea (cuadro 3-1), pero sin el requisito de somnolencia diurna. En vista del aumento epidémico de la obesidad (un determinante importante de la AOS) en los últimos años, estos números podrían subestimar la prevalencia actual. Sin embargo, otros estudios poblacionales más recientes respaldan estas cifras de prevalencia (Bixler et al., 1998, 2001).
- ¿Cómo invertir 10 rupias lakh a largo plazo sin riesgo?
- Si uso una lámpara de 60 vatios y un espejo, ¿puedo decir que tengo tanta luz como dos lámparas de 60 vatios?
- ¿Por qué me gusta tanto el olor natural de mi novio?
- ¿Me equivoco por sentir resentimiento hacia mis padres por invitarme? Estoy agradecido por todo lo que han hecho, pero son la razón por la que no quiero tener hijos en este mundo.
- Quiero tener un perro mascota, pero ya tengo miedo de poder manejarlo cuando muera. ¿Qué debo hacer?
De los estudios que han examinado la diabetes como medida de resultado, el más grande fue el Estudio prospectivo de salud de las enfermeras. El estudio encontró que, después de 10 años de seguimiento, los ronquidos ocasionales (versus no ronquidos) se asociaron con un riesgo elevado de diabetes de nueva aparición en las mujeres, y el riesgo era aún mayor para los ronquidos regulares (Al-Delaimy et al., 2002 ) El ronquido regular o habitual es un indicador de OSA.
Hallazgos de laboratorio clínico en narcolepsia e hipersomnia. La prueba de latencia múltiple del sueño (MSLT) cuantifica objetivamente la somnolencia diurna. Consiste en cinco siestas diurnas de 20 minutos a intervalos de 2 horas. La cantidad de tiempo que lleva dormirse (dormir (más …)
La hipersomnia idiopática se divide clásicamente en dos subtipos. La primera, hipersomnia idiopática con tiempo de sueño prolongado, es un trastorno poco frecuente y se caracteriza por lo siguiente:
La narcolepsia y la hipersomnia pueden afectar a niños, adolescentes, adultos y personas mayores. En la mayoría de los casos, estos trastornos comienzan en la adolescencia. La prevalencia de la narcolepsia con cataplejía definitiva ha sido documentada en adultos por numerosos estudios basados en la población y ocurre en 0.02 a 0.05 por ciento de la población de Europa occidental y América del Norte (Mignot, 1998). Por el contrario, se sabe muy poco sobre la prevalencia de la narcolepsia sin cataplejía. Estudios recientes que usan el MSLT indican que aproximadamente el 3.9 por ciento de la población general tiene anormalidades en el puntaje del MSLT compatibles con narcolepsia sin cataplejía (Singh et al., 2005).
Al igual que otros trastornos del sueño, se sabe poco sobre la fisiopatología y los factores de riesgo para la narcolepsia y la hipersomnia. La mayor parte del conocimiento en esta área se refiere a la narcolepsia con cataplejía, que afecta a hombres y mujeres por igual. Los síntomas generalmente surgen durante la adolescencia. Muchos factores contribuyentes influyen en la susceptibilidad de los individuos, incluidos los factores genéticos y ambientales (Mignot, 1998, 2001).
El tratamiento para estas afecciones se basa sintomáticamente. Incluso en el caso de la narcolepsia en la que el trastorno es causado por deficiencia de hipocretina, el tratamiento actual no tiene como objetivo mejorar la neurotransmisión defectuosa (Mignot et al., 1993; Nishino y Mignot, 1997; Wisor et al., 2001). Las medidas de comportamiento, como la siesta, los grupos de apoyo y los arreglos de trabajo son útiles, pero rara vez son suficientes. En la mayoría de los casos, se necesita tratamiento farmacológico (Nishino y Mignot, 1997; Lammers y Overeem, 2003). Sin embargo, al igual que con otros productos farmacéuticos diseñados para tratar problemas de sueño, los análisis clínicos a gran escala no han examinado la eficacia y la seguridad de los medicamentos para tratar la narcolepsia en niños y adolescentes.
Las parasomnias generalmente se manifiestan durante los períodos de transición de un estado de sueño a otro, durante el cual la actividad cerebral se reorganiza (Mahowald y Schenck, 2005). Las actividades asociadas con las parasomnias se caracterizan por ser potencialmente violentas o perjudiciales, perjudiciales para otros miembros del hogar, que resultan en somnolencia diurna excesiva o asociadas con afecciones médicas, psiquiátricas o neurológicas (Mahowald y Ettinger, 1990).