Es bueno ser emocional hasta cierto punto hasta que seas capaz de usarlos para mejorar el amor, las relaciones y experimentar la vida con la profundidad de tu corazón, y luego conducen al desarrollo de la personalidad. Las mismas emociones resultan peligrosas si se convierten en una fuente de apego en forma de adicción o desapego en forma de dolor, angustia, agonía y el sentimiento de abandonar la vida o tareas orientadas a objetivos. Como tienes mal genio, parece que tus emociones dominan tu discreción. Te sugiero que hagas tu cabeza más fuerte que tu corazón. No dejes que tu corazón domine cuando tienes mal genio, piensa en contemplar en tu ira sus causas y resultados. Analice la situación, sea su propio juez, descubra cómo puede tomar el camino del medio en las peores circunstancias. Tenga en cuenta que la misma tarea se puede hacer de una manera mucho mejor bajo normalidad.
Disfruta de tus emociones pero no dejes que las domine porque las emociones no son tu dueño, sino que tú eres el creador de ellas, úsalas con prudencia cuando sea necesario, de lo contrario, mantenlas a un lado.