Las hormigas juegan dos papeles principales en un ecosistema: enriquecer el suelo y aprovecharse de otros animales .
En primer lugar, las hormigas airean el suelo (excavando bajo tierra), lo que significa que el oxígeno y el agua pueden alcanzar las raíces de las plantas. Pero lo más importante, al arrastrar alimentos y semillas, aumentan accidentalmente el nivel de nutrientes en el suelo.
Si quitas las hormigas, hay una gran cantidad de vegetación que sufriría. Esto significa que los herbívoros y descomponedores también sufrirían, lo que significa que cualquier cosa que se aproveche de esos grupos de animales también sufriría.
En segundo lugar, las hormigas son depredadores sorprendentemente eficaces, que ayudan a mantener el delicado equilibrio de la naturaleza.
Si eliminas las hormigas, florecerían otros grupos de animales.
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Como evidencia de esto, se ha observado que las áreas con “algunas” hormigas tienen una biodiversidad mucho más rica que las áreas con muy pocas hormigas, gracias a sus efectos sobre el suelo. Sin embargo, las áreas con “demasiadas” hormigas en realidad tienen menos grupos de animales, porque su caza contrarresta los efectos positivos en el suelo.
El papel del ecosistema de las hormigas es ‘clave’