Los seres humanos somos en gran medida inmunes a la radiación, vivimos y evolucionamos en un flujo constante de radiación ionizante y no ionizante y, en su mayoría, es inofensiva. Como todo, es una cuestión de dosis: por ejemplo, no podemos mantenernos saludables sin un poco de exposición a la luz solar, pero en exceso y nos quemaremos, y eventualmente podremos tener cáncer.
A pesar del hecho de que la radiación ionizante también está en todas partes, tenga en cuenta que una cosa que no desarrollamos fueron los órganos sensoriales para detectarla, lo que probablemente indica que evitar la exposición a niveles bajos no era tan importante. Tenga en cuenta que contra las afirmaciones de que no hay una dosis segura, las afirmaciones llamadas sin umbral que algunos insisten muestran que este tipo de radiación es un peligro en cualquier exposición.