Escribes un guión increíble. Tan bueno que cuando alguien lo lee, quieren dárselo a sus amigos para que lo lean. Y dejas que circule hasta que llegue a manos de un gerente o agente o ejecutivo que piense para sí mismo (sin que tú ni nadie te lo pida): “¿Sabes para quién sería perfecto …? Ben Affleck. Déjame llamar a su agente.” Y luego llama al agente que inicialmente dice que no porque Ben está agotado, pero acepta a regañadientes porque esta persona es tan apasionada por el guión. El agente de Affleck no lo lee, por supuesto, se lo da a un lector, que lee cientos de guiones al mes, pero, incluso a través de esa neblina, decide que el tuyo es lo suficientemente bueno como para dar una calificación de “recomendación” (probablemente menos ese 99% lo entiende) y luego el agente habla con el mismo Affleck al respecto y si le gusta la idea, tal vez la lea, o tal vez intenten configurarla en algún lugar primero y luego, si la configuran, él lo lee
No es facil.