Podríamos esperar que no se note nada, pero hay grandes sorpresas en el camino. Según nuestro mejor conocimiento e incluso la reciente confirmación experimental con átomos anti hidrógeno, la antimateria se comporta exactamente como la materia ordinaria, por lo que inicialmente el mundo de la antimateria tendrá el mismo aspecto que su predecesor. Pero esta no es toda la historia. Sabemos que esta simetría de la materia no es perfecta ya que observamos la materia ordinaria mientras que el universo primordial contenía cantidades iguales de materia y antimateria. Esto implica que la materia persiste mejor que la antimateria. Esto lleva a la conclusión de que el cambio repentino a la antimateria se descompondría lentamente en materia ordinaria al interactuar con la materia ordinaria en forma de rayos cósmicos o fluctuaciones cuánticas y, finalmente, habrá principalmente materia como hoy.
Hay otro problema con el concepto de “cambio repentino”. Según la relatividad especial, lo que parece repentino para un observador es gradual para otros observadores. Esto implica que alguna materia parecerá ordinaria para algunos objetos en movimiento incluso después de ese cambio repentino. Es entonces evitable que el cambio repentino cause una colisión instantánea de materia y antimateria y una serie colosal de explosiones nucleares cuando los dos se aniquilan entre sí.