Me siento tan enojado después de que mi corazón se partió en dos una vez más. Incluso me siento como una persona diferente, ¿es esto normal?

Lo que no nos mata nos hace más fuertes.

Algunas relaciones no están destinadas a ser para siempre. Simplemente no somos tan buenos en el arte de decir adiós o dejar ir.

Pienso en los trabajos que busqué y que no obtuve. Te derrotan y fácilmente puedes perder la esperanza, pero si persistes, es probable que aparezca algo mejor y piensas, gracias a Dios que no conseguí ese otro trabajo.

Similar para las relaciones. Con cada desamor, aprendes sobre ti mismo. Aprendes sobre la vida. Te vuelves resistente (no endurecido). Encuentras la fuerza interior para seguir adelante y, finalmente, encuentras el coraje para volver a poner tu corazón y tu alma en el ring para otro golpe.

Se pone mejor. Apesta que no hay una forma rápida de afligir el final de la relación, particularmente una que no tuvo la opción de terminar.

Te deseo amor y luz.

Lamento mucho saber que su relación no fue como usted deseaba. Cada ruptura es difícil de digerir, y para algunos cambia su vida al revés. Experimenté una ruptura hace casi una década, y sé cómo se siente estar en lo desconocido.

Si bien el dolor de una relación rota es cierto, es importante buscar ayuda profesional en estos tiempos. No debemos dejar que el pasado o nuestro dolor dicten cómo se desarrolla nuestro futuro. Ser una persona diferente por un tiempo es normal, pero vivir en esa misma vida durante casi toda la vida no lo es.

Visite a un consejero o terapeuta profesional y comience a relacionarse con las personas que lo rodean. Haga nuevos amigos, aprenda nuevos pasatiempos o simplemente haga las cosas que le gustan. A medida que trabajas para mejorar la atmósfera en tu mente, te facilitará las cosas.

Crece de estas experiencias y cambia un poco quién es usted. Cuando te lastimas tantas veces tu piel se vuelve dura como un caparazón de tortuga.

Te vuelves insensible al dolor y te madura incluso. Miras las cosas de manera diferente y con ambos ojos abiertos. La gente me ha lastimado toda mi vida y tampoco me siento la misma persona, pero es normal. Continúa siendo tú, bajo el caparazón, todavía estás allí y la gente lo ve.

Aquellos que te rompieron el corazón no merecen una segunda mirada. Mucha suerte y espero que esto ayude un poco.