Si. No y.
Estas fueron las tres palabras que el abogado de 65 años, Chil Goodwin, aún podía usar después del derrame cerebral masivo que lo dejó con afasia severa: la pérdida del habla debido a un daño cerebral. Pero Chil siguió siendo un magnífico narrador de historias por el resto de su vida.
Después de su accidente cerebrovascular, el hijo de Chil, Chuck, profesor de la UCLA, comenzó a grabar videos con conversaciones con su padre en las comidas y reuniones familiares, y lo que descubrió sobre la capacidad de Chil para comunicarse utilizando solo estas tres palabras revolucionó nuestra comprensión del habla, los gestos y los humanos. Interacción.
Chil aún podía entender lo que la gente decía, por lo que usaría sus tres palabras, junto con la mirada, los gestos y otros métodos para que la gente contara los fragmentos de sus historias que sabían de él. Luego respondería con ‘sí’, ‘no’ o ‘y’. Al cambiar el tono, el tiempo y el énfasis de sus tres palabras, podría aprovechar el discurso de los demás.
- Si fueras la última persona en la tierra, ¿cuánto tiempo sobrevivirías y cómo harías eso?
- ¿Cómo se puede crear vida?
- Si pudieras elegir comer una cosa durante toda tu vida, ¿cuál sería?
- ¿Qué dirías si pudieras retroceder en el tiempo y decirle una sola cosa a una persona de tu elección?
- ¿Cómo te sentirías si despertaras y no encontraras a nadie viviendo en la Tierra contigo?
Aquí hay un ejemplo de uno de los documentos de Goodwin (2004). Esta transcripción comienza justo después de que surgió el tema de los terremotos, y Chil ha llevado a su esposa Helen a hablar sobre su experiencia compartida de cómo una imagen casi cayó sobre la cabeza de su hijo Scott durante un terremoto en California. Mire cómo Chil usa ‘sí’ y ‘no’.
Chil trabaja como un director de orquesta, recurriendo a cada persona, incitándoles a hablar o detenerse, reaccionando a lo que acaban de decir con una entonación variable en cada “sí” o “no”. De esta manera, la historia emerge como una especie de arreglo orquestal. Cada co-narrador y cada destinatario de la historia desempeña un papel en la construcción de la narración como un todo.
Usando estos métodos, Chil era perfectamente capaz de hacer solicitudes, hacer preguntas y dar respuestas sobre cosas cotidianas como la comida o los arreglos domésticos. Pero cuando estaba con alguien que conocía partes de la historia de su vida, Chil también podía contar chistes divertidos e historias detalladas, y realizar interacciones complejas y articuladas.
Es triste que cuando la esposa de Chil, Helen, murió en 1999, perdió la capacidad de hablar sobre una gran parte de su vida, porque necesitaba sus recuerdos compartidos y los de Helen y su discurso para contar esas historias. Pero también es por eso que, si tuviera que elegir, elegiría las tres palabras de Chil: porque mientras esté con personas que conozco y amo, y que conocen mi historia de vida, estoy seguro de que podré participar plenamente en la vida familiar y en la conversación.
Referencias
Goodwin, C. (2004), Un orador competente que no puede hablar: la vida social de la afasia. Revista de Antropología Lingüística, 14: 151-170. doi: 10.1525 / jlin.2004.14.2.151