Los 3 (o más) no podrían hacerlo tan bien como lo harían juntos. Tenga en cuenta lo siguiente:
- Falsa homogeneidad
- Si bien puede parecer que existen consistencias regionales en asuntos particulares, existe una tremenda variación dentro de la región, al menos tan grande como la variación entre regiones. Por ejemplo, hay una mayor diferencia en la mayoría de los problemas entre Kansas City y el resto de Kansas que entre Kansas City y, por ejemplo, Newark, NJ. La diferencia entre la ciudad y el área rural es significativa.
- Limitaciones geográficas y de recursos
- Cada región depende de los productos y servicios de las otras regiones. Aunque hay desacuerdos de política, cada estado necesita a los demás. Ya se trate de productos alimenticios, corredores de transporte, acceso a mercados, energía, etc., las regiones funcionan mejor con menos impedimentos entre ellas.
- Cambio demográfico
- Las aparentes diferencias en las políticas se ven afectadas por la composición demográfica de cada región, ¡y la demografía cambia con el tiempo! Ya vemos que esto sucede en el suroeste y el sur, donde los cambios en la población darán como resultado que las minorías se conviertan en mayorías en 30 años.
- Costos de infraestructura de inicio
- En caso de que Estados Unidos se balcanice de esta manera, las instituciones y programas implementados por el gobierno federal tendrían que recrearse. Esto sería increíblemente caro.
Cabe señalar que ideas como esta se han estudiado seriamente en Canadá, con posibles opciones que incluyen la separación de Quebec, Alberta y Occidente, y los Marítimos.