Una explosión repentina de la población de tantas criaturas definitivamente causaría una gran interrupción, tanto en el ecosistema como en la vida de los humanos. Un auge demográfico en los ecosistemas causaría estragos, ya que de repente muchas plantas habrán desaparecido, causando que también perezcan organismos más altos en la cadena alimentaria. Lo más probable es que veamos una disminución repentina en el número de herbívoros y carnívoros.
En cuanto a los humanos, el principal problema serían los cultivos. Las langostas, así como muchas otras plagas de insectos, pueden ser extremadamente devastadoras en situaciones agrícolas, causando enormes pérdidas tanto desde el punto de vista económico como con el rendimiento total de los alimentos producidos. Potencialmente, esto podría causar el hambre en las áreas más pobres del mundo y tal vez una gran pérdida de ingresos para las áreas / países agrícolas.
Sin embargo, después de quizás un año o más, la población debería volver a un nivel normal alto. Esto sucederá debido a la intensa competencia entre todos los nuevos insectos. Muchos morirán, y un aumento de la población también provocaría un aumento del parasitismo y la enfermedad. Sin embargo, los efectos sobre el ecosistema y los humanos durarían más.
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